"Somos una comunidad libre... somos libres", que importante en estos tiempos que existan comunidades que puedan llamarse y decirse “LIBRES”, aquí tomaré un tiempo para explicar a mí manera que es ser libres ó sentirse libres.
Socialmente se es prisionero cuando perdemos o nos hacen perder nuestro rumbo, es cuando permitimos que nos desfederalizen, es cuando nos comunicamos autistamente con nuestros hermanos, es cuando desde nuestro nacimiento nos ataca una hemiplejía eterna de hermandad de no reconocer nuestras raíces, nuestros orígenes, de mirar falsas victorias que vivimos diariamente pero que sabemos en nuestro interior que con ellas estamos perdidos como originarios... y nos llamamos libres… dependemos, consumimos, y nos transferimos continuamente de lo que pasa en el norte, en la comunidad europea, en la china, en… en… y nos llamanos libres… y a nuestros ancestros los llamamos indios…
¿Somos y nos sentimos libres, los adelantados, o la libertad fisica y psíquica es como la conservan nuestros aborígenes? ¿nos estarán enseñando como se puede gritar “somos y soy libre” sin dependencia política ni social? algo de ellos nos queda para reflexionar…
La comunidad Peruti está formada por 82 familias aborígenes de la etnia Mbya Guaraní (unas 550 personas) y es la segunda en tamaño en la provincia de Misiones.
El cacique nos cuenta que desde 1996 tienen los títulos de propiedad de la tierra que ocupan, hecho que hasta sería gracioso de no ser patético, ya que en realidad los "blancos" luego de destruir sistemáticamente su medio ambiente, contaminando y deforestando al punto que hoy estas comunidades originarias ya no pueden susbsistir de la caza y de la pesca como hace cientos de años, en un rapto de vergonzante "generosidad" les otorgamos una tierra... de la que siempre fueron dueños, aún antes de la llegada de los españoles.
También nos cuenta que hace apenas unos 10 años se le otorgó a la etnia Mbya Guaraní el reconocimiento de "pueblo originario".
La comunidad Peruti tiene su propia escuela bilingüe (español-guaraní) con su maestro miembro de la comunidad, y su propia sala de primeros auxilios, con dos enfermeras diplomadas también miembros de la comunidad.
Un adolescente de la comunidad se encuentra becado por 5 años en Cuba siguiendo la carrera de medicina por lo que en pocos años también tendrán su propio médico permanente.
Hay en la aldea numerosas casas de material y muchas de madera (más fresca en el verano), un quincho abierto para las festividades, numerosas quintas donde siembran y cosechan maiz, trigo, frutas y verduras.
Es una preocupación permanente la conservación de lo poco que queda de la selva originaria, que mantienen en sus tierras.
Cruza la aldea un arroyo de agua surgente que han aprovechado inteligentemente: arriba se saca el agua para las casas, más abajo construyeron una pileta aprovechada por todos los chicos y luego el sector donde las mujeres diariamente lavan la ropa.
La estructura social está formada por el Cacique, el Guía Espiritual, el Consejo de Ancianos, el Sargento Primero (algo así como el Jefe de Policía) y los Cabos (adolescentes que realizan diversas tareas en servicio de la comunidad).
Todas las decisiones que afectan a la Aldea son consensuadas entre los jefes de las 82 familias.
Vaya nuestro más profundo agradecimiento a Don Mártire (el Cacique), Don Mario Núñez (el Guía Espiritual), Don Ramón (el Sargento Primero) y a todos los miembros de la Aldea que hicieron posible con su calidez y aceptación este trabajo documental.
Guadalupe Freiría González y Humberto Farro
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